Del muro de Berlín al muro de la frontera
- Jaime Aviña
- 1 abr
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Hoy se cumplen 35 años, del final del muro de Berlín, de forma intempestiva y sin poder explicarlo satisfactoriamente, el muro de Berlín cayó por errores burocráticos, después de su construcción en 1961 en la República Democrática Alemana.

Como todas las fronteras, fue construido para evitar el paso de extranjeros, pero, sobre todo; para evitar la salida de ciudadanos inconformes con el régimen comunista, represivo y sin libertades, que además de someter a los mismos a espionaje continuo y represión contra aquellos que manifestaran cualquier tipo de disidencia con el estado.
El muro estaba provisto de un sistema complejo de alambre de espino, fosos y barreras antitanque, minas explosivas, torres de vigilancia, pistas para patrullas armadas y perros de presa, para atacar a cualquiera que en busca de la libertad intentara cruzarlo, las placas en memoria de muchos, acreditan la eficiencia carcelaria del muro, la cantidad de víctimas al intentar cruzarlo, se desconoce, pero el centro de estudios históricos de Potsdam estima que murieron 125 y fueron apresados más de 3000,
Este denominado muro de protección antifascista por el gobierno de la República Democrática Alemana, y llamado por la prensa y la opinión pública occidental “muro de la vergüenza”, fue el símbolo más común de la guerra fría y de una Alemania dividida después de la guerra, en democrática “comunista” y federal “democrática”, media 45 km. Dividiendo Berlín occidental y oriental, pero otros 115 km. Rodeaban la parte oeste, aislando a los alemanes del sector oriental de sus familias en el sector occidental.
La caída del muro entre el jueves 9 y el viernes 10 de noviembre de 1989, fue consecuencia de la fuga de más de 13000, ciudadanos en las fronteras de Austria y Hungría, seguido de protestas en el interior de Alemania del Este, especialmente en Leipzig, lo que provocó la renuncia de Erich Honecker, jefe de gobierno, remplazado por Egon Krenz, a quien le toco enfrentar las demandas de la población para pasar al lado occidental, lo que finalmente ocurrió, provocando la caída del muro de la vergüenza.
Hace algunos meses tuve la oportunidad de visitar los restos del muro de Berlín y el museo de la STASI, policía represiva del gobierno comunista del este, conocer los atentados a los derechos humanos perpetrados por el gobierno a través de esta policía represiva, es un recordatorio de que debemos de luchar por la libertad en democracia.
He aprovechado la coincidencia del 35 aniversario de la caída del muro, para señalar la construcción del muro fronterizo México- USA, que, con el regreso de Donald Trump al gobierno de los Estados Unidos, el muro será reforzado, y no cabe duda que el tránsito entre los dos países vecinos, enfrentará cada vez más dificultades, pero la construcción de muros no para, ahora es Hungría, cuyo líder Víctor Orban dictador democrático, está por ese medio rechazando a los migrantes y refugiados que en busca de vida y libertad, como los mexicanos y de otras nacionalidades, intentan llegar a los estados unidos, las dificultades son muchas, pero los motiva el deseo de una vida mejor en libertad.
Esperemos que el ejemplo del muro de Berlín haga pensar en otras formas de convivencia en el mundo globalizado que nos ha tocado vivir.
Les agradezco su atención y los espero en mi próxima colaboración.
