Cohonestar
- José Miguel Guevara
- 23 may
- 3 Min. de lectura
Dos de las personas que tienen la paciencia de leer estos RENGLONES me solicitaron opinión de mi proceder respecto a las novedosas elecciones de funcionarios para el Poder Judicial.
Lo hago por este medio.
No voy a participar en esa farsa, no porque vaya a salir del país, no porque esté incapacitado para asistir, no por flojera, no porque no entienda la boleta, no porque no conozco a los candidatos, no porque crea que habrá fraude, no.
No lo voy a hacer porque no quiero cohonestar con mi presencia la complementación de la toma del poder por la facción que se ha apoderado del control del país.
En pasadas entregas hemos expuesto nuestra opinión acerca de cómo se hizo del control de México la Familia Revolucionaria en 1929. La pandilla más agresiva de los alzados en la Revolución de 1910, misma que tuvo buenas razones para hacerse, con asesinatos y violencia desplazó o sometió a los líderes actuantes y se hizo de todos los poderes legales y extralegales.
Ciertamente la tentación del poder es enorme, por ello se han buscado formas de evitar que los necesarios gobernantes caigan en ella y se perpetúen. La división en tres poderes propuesta por Montesquieu, razonablemente buena y la conveniente renovación de los que los ejercen han dado resultados satisfactorios cuando se logra que el sistema funcione.
La pugna dialéctica entre gobernados y gobernantes que siguió a la “fundación” de 1929 llegó a entregar buenos frutos a finales del siglo XX con el inicio del proceso de transitar desde el autoritarismo hacia una verdadera democracia: “brega de eternidades”.
Proceso abonado por ciudadanos responsables y en un ambiente internacional favorable a la democracia. Se consiguió independencia para el proceso electoral, lo que permitió contar con un Poder Legislativo independiente del Poder Ejecutivo, se aprovechó que la Familia Revolucionaria hubiese respetado la no reelección y se procuró, Zedillo como presidente, que la Suprema Corte se reformara de veintiún miembros a once, se profesionalizó y se hizo independiente para perfeccionar el equilibrio. Progreso, que honestamente no eliminó cierto grado de corrupción que desgraciadamente existía.
Así se sentaron las bases para educar a la ciudadanía en la vida democrática, pero, … el lento proceso educativo y la astucia de una nueva pandilla capitaneada por López frustró el proceso.
Con el lema de llevar adelante una cuarta transformación del proceso histórico de nuestro país, ¿¿¿???, con una compra legal de votos y una nueva camada de aguerridos revolucionarios, más perversas alianzas con delincuentes declarados, esta nueva pandilla se hizo del poder en 2018, con un nuevo fingimiento de respeto a la no reelección, se consolidó en 2024 con la toma de los Poderes Ejecutivo y Legislativo y ahora con un dispendio enorme de dinero y recursos se apoderará del Poder Judicial con la faramalla de elegir a ministros, magistrados y jueces.
Por supuesto que no necesita colocar a “su gente” en la totalidad de los funcionarios, con que tenga un, digamos cuarenta por ciento y recursos para apretar las teclas adecuadas cuando se necesite; puede permitir que un buen número de personas profesionales accedan a algunas responsabilidades, sin embargo, con este teatro podrá, repito, esta nueva camarilla contar con el poder total, una “dictadura perfecta” se establece con disfraz de democracia.
Todos nosotros los ciudadanos de banqueta, estamos en sus manos cuando se llegue a necesitar, ya no hay un escudo legal.
Por ello no voy a cohonestar con mi presencia y participación al crimen contra la ciudadanía, es inmoral.
Quien lo haga, los apoya, allá su conciencia, repito, quedaremos en sus manos hasta que una nueva generación de ciudadanos responsables tense la pugna dialéctica gobernados – gobernantes.
¡Arriba corazones!
